viernes, febrero 16, 2007

Supo emocionarme la tarde...

Frente al mar voy viendo pasar los días y tu fantasma rueda en mis sueños cada noche.
Quiero estar en donde vos estas y no puedo negarle a mi corazón esa brecha de esperanza que, aun, fluye en mis heridas.
La arena y la luna y las estrellas saben cuantas veces escribí tu nombre en el cielo, lo que me gustan tus ojos, como me altera tu presencia.
Entre bosques y duendes van escurriéndose tus colores y ni los dulces aromas logran distraerme.
El sol va envolviendo la tarde, la espuma baña las orillas y todo eso pasa cuando alguna vez supimos encontrarnos en este mismo lugar donde hoy callan las voces de a poco, cuando pasó demasiada agua debajo del puente, cuando puedo reconocer tu perfume en la distancia.
La luz tenue del crepúsculo y el sonido de las olas rompiendo invaden mis sentidos, quisiera regalarte todos mis anhelos.
No puedo culparte por no quererme, no puedo culparme por ser como soy.
Todo lo lindo que mis ojos puedan ver, lo increíble y perfecta que es la naturaleza, quisiera compartirlo con vos.
Me quedó pendiente tu real presencia y voy quedándome guardado muy adentro mío la intensidad de mi latir cada vez que te veo.