martes, mayo 26, 2015

Por ese entonces Malena contempló que la posibilidad de pensar otras historias también existía.
No encontró remedio para la fantasía que iba metiéndose con un ritmo incesante, pero empezaba a ver entre las sombras algo más que las propias - otras sombras, unos matices que todavía no decían mucho.Todavía el deseo estaba atado al recuerdo, un fogonazo que termino dejándola casi ciega, casi sin miradas proyectadas más allá del ayer.
Sabe que en algún rincón escondido la espera esa luz.
Frunce el ceño entrecerrando los ojos porque piensa, se deja llevar un poco y observa, sin saber qué fichas mover, ni cómo, ni cuándo, ni siquiera termina de entender si algunas hay que sacarlas del fuego, para dejarlas helar hasta que congeladas se rompan y se hagan polvo, se vallan con el próximo viento. Todavía no debe ser el momento, dice bajito, aunque el momento sea siempre.