Y en todo lo que imaginaba, vos
estabas observándome al lado mío, afirmando cada cosa que decía, como si tu
presencia me diera la certeza de mundo, de lo real, de lo posible. Por
momentos, en mis sueños, sin vos, no había sueños.
Esta es una experiencia que repito
y al mismo tiempo alimento; en estas tardes el esfuerzo que realizo para
sacarte, implica una energía que es idéntica a la que ejerzo para sacarme del
encierro que no es otra cosa que tu recuerdo.