lunes, junio 16, 2014

Boceto.


    Hace tanto tiempo que no bailo que creo haber olvidado como era. La línea que dibuja mi cuerpo moviéndose me parece el de otro cuerpo, otra vida, otra forma de existir en el mundo.
   Pero hoy, que vuelvo a habitarme, veo esa imagen de alguien que fue y me dejo el lugar para que yo pudiera hacer lo propio. Esta danza es un engranaje histórico, tan enredado en sí mismo que a veces creo que nunca voy a poder desanudarlo.
   No se trata de desanudar para desandar, ni siquiera se trata de cambiar. Estoy pensando seriamente en la transformación como forma de vida. Tomar y reciclar, como esas líneas que intento dibujar en el espacio cuando atravieso el aire.
Cuando descubrí a Jimena fotografiándome primero tuve vergüenza, pero pasados los 20 minutos desde la primer toma solté a Lujan. Y me vine en mí, trasladándola a otra parte, dejándola ir en sus 25 soles para ser yo.
   Todavía falta, creo que toda la vida va a faltar un poco más de abismo. Pero veo ese pelo y no soy yo, o sí. Soy yo, ocupando el lugar de otra que se fue, pero que cada tanto vuelve. Ese esqueleto que además de huesos es musculo, postura; es tono, intención; energía electromagnética, tantos pensamientos que dejó María Luján y están siendo habitados por mí desde otros espacios. Cada tanto me acuerdo que quiero ser otros soles, que también me den calor, que me iluminen y me dejen iluminar el universo entero de estrellas que se ríen conmigo, con las que formo galaxias. Cuando desde ese universo algún agujero negro tironea, cierro los ojos y dejo que María Lujan le saque la lengua. Y entonces yo, que también soy Luján o María Luján, abro los ojos y le digo basta.
   El marco que elegí es hermoso, además, ese verano salí de vacaciones por mis propios medios. Me está mirando mientras se ríe y me dice “no te olvides que esto es tuyo, toda el agua que cae de esta Catarata, todas esas gotas encima de mí son tuyas y todo este calor también”. Ya sé que esa de ahí se fue, pero también soy yo. Somos dos eternamente recordando que ese logro es mío, y me pasa la posta y me la paso y nos vamos relevando en un juego sumamente cooperativo que espera estar ya mismo bailando.