domingo, marzo 24, 2013

El desgano viene soplando en esta tarde de otoño reciente. Dentro de mis oídos vibra tu voz, a pesar del silencio.
Los recuerdos frescos de nuestros intentos de amor me someten a la ansiedad repugnante cuando elijo sin querer del todo.
Me distraen las ideas que quiero espantar y no se van. Hace años que las eche pero ellas, okupas insistentes, siguen rompiendo los tendidos eléctricos, tiran abajo las paredes y levantan otras innecesarias.
Mi cuerpo todo parece un edificio en ruinas. Pobres ventanas clausuradas, aguantan el calor y el frío de la intemperie y dan sombra a las habitaciones de acá adentro.