martes, diciembre 27, 2011

Fragmentos

Se recostó sobre la reposera que estaba en la terraza, en medio de la noche silenciosa del barrio, miro la luna: alta, luminosa, eterna. Un polvo de estrellas casi transparente cubría una parte del cielo, el suave viento rozaba sus mejillas. Sobre su piel se posaban las horas cálidas del verano. Un guardián atento cuidaba que nadie la interrumpiese.
Lograba oír los sonidos de aquellos insectos nocturnos que adornan la soledad inmensa. Sumergida en si misma, recordaba el último febrero.
La copa de los arboles guardaban sus vuelos para que pudiera volver siempre al mismo lugar, para que no se cayera en el abismo de los sentidos que distraen hasta perder el camino. Un enero caluroso pretendía acelerar los latidos de un corazón que sabía de velocidades que nunca quería volver a vivir.
La incertidumbre respecto de los acontecimientos venideros la ocupaba hasta la preocupación. Arriesgarse siempre era una elección; el no saber hacia dónde la seducía constantemente, mientras algún auto pasaba por la calle empedrada, debajo. Los débiles faroles intentaban alumbrar en vano los alrededores, aunque la dama de plata encandilaba cada vez más en su majestuosa danza de idas y vueltas de un extremo al otro de la tierra. Leves fantasmas de la noche se sumaban al gran espectáculo de luces y sombras.
Sus ojos estaban atentos a los detalles de aquel instante, cuando paso frente a ella la sustancia que todos buscan cuando los ruidos se apagan. Realmente es una sustancia, pensó, entre tantos adjetivos.
Si los recuerdos se materializaran, entonces tendría montañas enteras de objetos, de colores diversos, de espesores variados y andaría por la cruel ciudad con un bolso enorme a cuestas, del que saltarían sirenas, hadas, mariposas y truenos, relámpagos, tormentas, incendios y campos y lagos infinitos. Mucha agua y mucho viento y burbujas y kilos de purpurina. Y un arco iris cruzando de lado a lado y risas y lagrimas, mares dulces y salados de lágrimas. Además del amor de la vida, de la mano que nunca la suelta, que ella nunca suelta, de latidos y pulsos eternos incongruentes en un mundo completamente dado vuelta.
Y nunca dejaría su cajita musical, donde guarda entre otras cosas la tarde que la naturaleza fue cómplice de los besos y las miradas más tiernas. Encerraría con llave el silencio y la luz menos merecida, pero también esto lo llevaría atado bien cerca del pecho para no olvidar que la muerte viene cuando quiere.
Esta noche no siente pena por ella misma pero se reconoce nostálgica, algo temerosa, enamorada. Siempre el llanto ahí, latente.
Estoy hablando de mi misma en tercera persona, como si tanto costara contar lo que siento después de años de análisis.
A veces los caminos se bifurcan tanto que me marea,es como si subiera corriendo escaleras sin baranda.
Quisiera hacer malabares, treparme o nadar en ríos helados. Tener una bola de cristal, donde sonara la musica que sueño.
Pero es de noche, y no decidí el próximo segundo que cuesta tanto. Me gusta tan poco tener que decidir entre las opciones, me gustaría tener el tiempo para todo.
La luna sigue ahí, la iría a mirar de nuevo, porque Marte esta justo debajo y el aire no deja de correr, y el perro sigue ahí, y yo.

martes, octubre 11, 2011


Un caracol visito mi puerta.
Quise salir al día y ahí estaba, en una inmovilidad aparente. Inmenso en su tamaño, observándome fijo en su porción de madera fresca, haciendo equilibrio en sus ranuras.
La tierra húmeda penetro mi piel con sus olores de llovizna en la mañana. El caracol avanzaba sutilmente sin continuidad ni rumbo fijo. Me pregunto si será de la misma colonia que los dos de ayer, los que encontré dando vueltas dentro de un pedazo de corteza espiralado y hueco. Tal vez es vecino de la ranita que se dejó ver en la noche, de entre las ramas que intentaba secar.
Un caracol visito mi puerta. Estaba casi entre mis pies. Me tomo por sorpresa, en mi tarea de mantener la leña encendida en el hogar, antes que el frio me obligase a refugiarme nuevamente detrás del ventanal que daba al jardín.
La bruma marina invadió la costa la mañana que los pinos recibieron el viento, meciendo sus ramas en él. La playa era extensa, una luz blanca cubría el horizonte.
La yerba formaba una espuma similar a la que la marea traía desde adentro, se acomodada cuando la elevada temperatura del agua caía sobre ella. El humo, subía relatando historias, enredándose al ritmo del silbido del bosque.
La pava, me devolvía el reflejo cuando me sentaba a disfrutar de su mano en mi hombro. Sus ojos en los míos, su mirada serena cuando recién se despierta. Su suave cuello cuando observa el cielo.

domingo, octubre 02, 2011

Una noche fría, un viento helado en primavera. Un árbol llega a mi ventana.
Escucho la voz de un nene en la calle. Respiro mientras me desperezo. Exhalo con fuerza y dejo caer mis hombros. Muevo el cuello hacia un lado y el otro. Abajo el empedrado es invadido por la luz débil de un farol.
La totalidad del anochecer silencioso me impide evadir el próximo lunes, me recuerda el deber hacer. Me pesa la conciencia. Necesitaría 24 horas de ventaja, algún mañana sin obligaciones para un hoy en tranquilidad.
Me enloquece la sensación de sin salida cuando se el esfuerzo necesario para el éxito de cualquiera de mis planes. No se dejarme estar del todo, me cuesta poner toda mi energía al servicio de un propósito deseado, me agota, sé que casi nunca lo hago, y entonces me castigo en el peor de los sermones.
Llevo horas indecisa, resistiéndome al trabajo planificado. Tengo frio en los pies. Tengo hambre. Miro alrededor. Podría hacer muchas cosas antes que las prioritarias, las necesarias.
Observo las ramas en la oscuridad, moviéndose en la fresca brisa que recorre la cuadra, las sombras de las hojas sobre el frente de una casa vecina. Un auto pasa y deja su ruidoso motor por un instante. Los sonidos de un hogar semi-habitado sostienen mi ansiedad, llenan el vacío cuando se callan los movimientos circulares del día, evaden las sombras de la noche.

miércoles, agosto 24, 2011

Es lento el camino hacia el final…el aire entra de a gotas densas. El corazón late débil, gastado.
Te acompaño porque fuiste vida alegre, porque sos vida de pie hasta el último destello de luz.
No te doblegas ante la muerte, estas sereno en el letargo.

A mi mejor amigo mas fiel del mundo.

Seguramente no pasees más por el barrio moviéndole la cola a todos, sin importar quienes son.
Probablemente, dentro de poco no escuche tus ladridos, no te vea acercar con las orejas hacia atrás buscando una caricia. Estas cansado, el cuerpo casi no te responde.
Empiezo a sentir la lejanía del final en forma progresiva.
El vínculo con la vida es tan fuerte que vence las barreras de la raza, la condición, el origen, la forma. Si pudiera hablar en tu idioma para explicarte lo que te está pasando, que es lo que se lleva tu energía hacia otra parte.
Tengo la esperanza de que cuando partas, encuentres un lugar mucho más amable, lleno de veredas y plazas interminables, donde puedas correr pájaros, ladrarle al viento. Donde puedas ver, volver a nacer. Oír y oler todo lo que este a tu alrededor. Un lugar donde tengas muchos amigos con quienes divertirte. Un mundo sin maldad, ni agresión, el mundo que te mereces por tener un espíritu lleno de bondad, un alma inquieta y alegre.
Todavía puedo imaginar cuando llegaste a casa, cuando te preparaba la leche en polvo con azúcar y hacías pis por todos lados, y yo atrás tuyo limpiando el enchastre que dejabas.
Te siento al pie de mi cama, agitándote cada vez que te hablaba. Al galope cuando me veías llegar por la esquina.
Hoy casi no te podes mover, estas adelantando la partida. Un sabor amargo recorre mi garganta, me duele el pecho.
Es un día oscuro en la tierra que atestigua tu dolor, el cansancio de la vida, el peso de sostenerse hasta el último segundo con los ojos abiertos. Dormís desde la mañana a la noche, apoyas tu cabeza en cualquier espacio en puedas recostarla.
Tu mirada está diciendo algo.
Tu ausencia me duele, me cuesta asumirla.

A mi mejor amigo mas fiel del mundo.

Seguramente no pasees más por el barrio moviéndole la cola a todos, sin importar quienes son.
Probablemente, dentro de poco no escuche tus ladridos, no te vea acercar con las orejas hacia atrás buscando una caricia. Estas cansado, el cuerpo casi no te responde.
Empiezo a sentir la lejanía del final en forma progresiva.
El vínculo con la vida es tan fuerte que vence las barreras de la raza, la condición, el origen, la forma. Si pudiera hablar en tu idioma para explicarte lo que te está pasando, que es lo que se lleva tu energía hacia otra parte.
Tengo la esperanza de que cuando partas, encuentres un lugar mucho más amable, lleno de veredas y plazas interminables, donde puedas correr pájaros, ladrarle al viento. Donde puedas ver, volver a nacer. Oír y oler todo lo que este a tu alrededor. Un lugar donde tengas muchos amigos con quienes divertirte. Un mundo sin maldad, ni agresión, el mundo que te mereces por tener un espíritu lleno de bondad, un alma inquieta y alegre.
Todavía puedo imaginar cuando llegaste a casa, cuando te preparaba la leche en polvo con azúcar y hacías pis por todos lados, y yo atrás tuyo limpiando el enchastre que dejabas.
Te siento al pie de mi cama, agitándote cada vez que te hablaba. Al galope cuando me veías llegar por la esquina.
Hoy casi no te podes mover, estas adelantando la partida. Un sabor amargo recorre mi garganta, me duele el pecho.
Es un día oscuro en la tierra que atestigua tu dolor, el cansancio de la vida, el peso de sostenerse hasta el último segundo con los ojos abiertos. Dormís desde la mañana a la noche, apoyas tu cabeza en cualquier espacio en puedas apoyarte.
Tu mirada está diciendo algo.
Tu ausencia me duele, me cuesta asumirla.

A mi mejor amigo mas fiel del mundo.

Seguramente no pasees más por el barrio moviéndole la cola a todos, sin importar quienes son.
Probablemente, dentro de poco no escuche tus ladridos, no te vea acercar con las orejas hacia atrás buscando una caricia. Estas cansado, el cuerpo casi no te responde.
Empiezo a sentir la lejanía del final en forma progresiva.
El vínculo con la vida es tan fuerte que vence las barreras de la raza, la condición, el origen, la forma. Si pudiera hablar en tu idioma para explicarte lo que te está pasando, que es lo que se lleva tu energía hacia otra parte.
Tengo la esperanza de que cuando partas, encuentres un lugar mucho más amable, lleno de veredas y plazas interminables, donde puedas correr pájaros, ladrarle al viento. Donde puedas ver, volver a nacer. Oír y oler todo lo que este a tu alrededor. Un lugar donde tengas muchos amigos con quienes divertirte. Un mundo sin maldad, ni agresión, el mundo que te merecer por tener un espíritu lleno de bondad, un alma inquieta y alegre.
Todavía puedo imaginar cuando llegaste a casa, cuando te preparaba la leche en polvo con azúcar y hacías pis por todos lados, y yo atrás tuyo limpiando el enchastre que dejabas.
Te siento al pie de mi cama, agitándote cada vez que te hablaba. Al galope cuando me veías llegar por la esquina.
Hoy casi no te podes mover, estas adelantando la partida. Un sabor amargo recorre mi garganta, me duele el pecho.
Es un día oscuro en la tierra que atestigua tu dolor, el cansancio de la vida, el peso de sostenerse hasta el último segundo con los ojos abiertos. Dormís desde la mañana a la noche, apoyas tu cabeza en cualquier espacio en puedas apoyarte.
Tu mirada está diciendo algo.
Tu ausencia me duele, me cuesta asumirla.

A mi mejor amigo mas fiel del mundo.

Seguramente no pasees más por el barrio moviéndole la cola a todos, sin importar quienes.
Probablemente, dentro de poco no escuche tus ladridos, no te vea acercar con las orejas hacia atrás buscando una caricia. Estas cansado, el cuerpo casi no te responde.
Empiezo a sentir la lejanía del final en forma progresiva.
El vínculo con la vida es tan fuerte que vence las barreras de la raza, la condición, el origen, la forma. Si pudiera hablar en tu idioma para explicarte lo que te está pasando, que es lo que se lleva tu energía hacia otra parte.
Tengo la esperanza de que cuando partas, encuentres un lugar mucho más amable, lleno de veredas y plazas interminables, donde puedas correr pájaros, ladrarle al viento. Donde puedas ver, volver a nacer. Oír y oler todo lo que este a tu alrededor. Un lugar donde tengas muchos amigos con quienes divertirte. Un mundo sin maldad, ni agresión, el mundo que te merecer por tener un espíritu lleno de bondad, un alma inquieta y alegre.
Todavía puedo imaginar cuando llegaste a casa, cuando te preparaba la leche en polvo con azúcar y hacías pis por todos lados, y yo atrás tuyo limpiando el enchastre que dejabas.
Te siento al pie de mi cama, agitándote cada vez que te hablaba. Al galope cuando me veías llegar por la esquina.
Hoy casi no te podes mover, estas adelantando la partida. Un sabor amargo recorre mi garganta, me duele el pecho.
Es un día oscuro en la tierra que atestigua tu dolor, el cansancio de la vida, el peso de sostenerse hasta el último segundo con los ojos abiertos. Dormís desde la mañana a la noche, apoyas tu cabeza en cualquier espacio en puedas apoyarte.
Tu mirada está diciendo algo.
Tu ausencia me duele, me cuesta asumirla.

jueves, julio 21, 2011

¿Qué soluciones han traído estas verdades?

La Ciudad oculta, desborda intenciones en el aire. Cuenta historias que no son. Lleva dichos, trae traiciones. Con el mismo impulso diluye caminos, abre atajos o retoma sin necesidad. Es un remolino de soles.
A veces como tormenta, entra la duda, revisando circuitos eléctricos de anteriores siglos (¿o ciclos?).
No es tarea sencilla intentar dilucidar hasta donde se eligió o hasta donde fue siendo. El temor de haber dejado ser sin saber, la falta de carácter, la distracción de los días.
Cae el atardecer cada vez, cae la noche, rendida, cansada de luchar contra los mapas rotos de construcciones abandonadas, reemplazadas por la nueva sensación.
Cuestiones no resueltas que generan cierta indignación cuando no se ve si los actores ajenos influyeron o no en todo esto que llamamos interpretación.
¿Sera que hice oídos sordos a la advertencia de que pese a todo siempre hay que caer bien parado?
Cada tanto me intriga saber quién será la verdadera serpiente, cuál será mi talón de Aquiles (¡aunque crea que ya se!). De la misma manera me frustra, me cansa, sentir que no aprendí nada, que no resolví en realidad.

martes, junio 28, 2011

El cajón abierto en medio de la habitación oscura, recién amanecía cuando Jimena apagaba el despertador, una vez más, contra el dolor en el pecho, la mano que aplastaba su diafragma.
Frunció el ceño, trago saliva con dificultad, puso la palma izquierda sobre el corazón. Miro la almohada, entrecerró lo ojos, consulto la hora, pensó “otra vez “y suspiro caminando hacia la cocina. Apoyo la frente sobre la ventana balcón que daba al patio, el piso estaba húmedo. La mama en silencio, apoyo su mano sobre el hombro de Jimena, y mano sobre mano, comenzó el día.
Tomo el tren de las 7:15 hs. que pasaba puntual por la estación Artigas. Al mediodía, comió algo de todo lo que había sobre la mesa, en terapia aprovecho para que nadie interrumpiese su pausa, cuando apoyaba su cabeza sobre el respaldo del sillón de cuero oscuro. “Necesito una excusa más viable que el simple hecho de seguir viviendo, no encuentro la foto, no sé dónde la deje, pensé que estaba en el cajón, pero no la encuentro”.
Ricardo pasó a buscarla, creyendo que saliendo a dar una vuelta, la distraería. Muy por el contrario, ensombreció su mirada más de lo que estaba, sin querer paso por la puerta del departamento.
Rozo con sus dedos los labios, hizo una mueca, pasó los brazos por detrás de la cabecera del asiento y se durmió. Cuando despertó estaba de nuevo en su casa, tomando impulso bajo del auto, sin ganas entro directo a su habitación, apago la luz y se metió en la cama.
6:30 de la mañana retomo sus quehaceres, esta vez un poco más animada, sabía que era cuestión de tolerarlo un día más, que por mucho tiempo iba a ser así. Volviendo del trabajo, novela en mano, doblando en la esquina de siempre, un rayo tibio de luz invadió sus ojos, una brisa cálida le corrió el pelo de la cara y los hombros, sintió su perfume, sintió que la acariciaba, sus ojos fueron directo a las baldosas amarillas, estaba la foto, estaban los dos, de la mano. El viento hizo que se diera vuelta: “Estoy”.

miércoles, junio 15, 2011

Muchos usan palabras rebuscadas para adornar lo que quieren decir. Lo mio es mucho mas simple: no me gusta que me ignoren, y si lo hacen siento que es porque son intolerantes.
Pero como yo no negocio quien soy por un poco mas de amor, enloquezco.
Y bueno, esto es asi...me supe hiper sociable, llena de amigos. Ahora estoy asi, sitiendome no querida injustamente, trate de dar amor y no lo aceptaron. Trate de ser leal, y me traicionaron. Trate te de tener codigos y los rompieron. Trate de ser inclusiva y tolerante, y me dieron la espalda.
Hoy, denuncio la no amistad de muchos que crei que eran mis amigos, publico que estoy dolida, pero no voy a mendigar el cariño de nadie.
De todas formas, nadie me lee, nadie me responde y pocos me escuchan.
Abrazada fuerte a mi donde voy.

jueves, mayo 26, 2011

Un poco más oscura que la noche es la profundidad que imagino en los sueños despiertos.

Un poco más gris que el segundo día de invierno.

Mirando por la ventana vi una hoja de diario enrollarse y desenrollarse, dejándose llevar, quedando a merced de los factores climáticos. A veces siento que yo quedo así, a merced de mi clima, dando vueltas como un trompo que no pierde el equilibrio, que nunca se cae y que por lo tanto nunca para. Un árbol destinado a no secarse. De a ratos siento que ese es mi castigo, no caerme nunca.

Es frustrante ser el polvo que nunca se lleva el viento, nunca me elige. Cuán desgastante es quedar en la mitad de dos mundos, no estar en ninguno. Estar obligada a vivir, tener un corazón que nunca deja de latir, un reloj que nunca se para. Hacerle frente a los miedos, sufrirme más que nadie. Saber que sería incapaz de apagar las luces, de dejar descansar a este cuerpo agotado, saberme cada vez más firme. Cada tanto, esperar con ansiedad que se termine de una buena vez, que el impulso no haga falta. Que el final del camino me encuentre distraída, dejar de luchar.

Ya casi no lloro. O no lloro por lo mismo que antes, no de la misma manera. Me indigna lo mismo con más convicción.

El mundo me parece cada día más hostil.

Yo, que quise caminar sobre el arcoíris, me deslizo en un pentagrama monocromático y no quiero cambiarlo si es así como se forma mi canción. La canto en los silencios violentos, en la furia que se desata en los semitonos.

No hay cosa peor que no querer abrir el baúl de oro que tenes entre las manos.

viernes, enero 14, 2011

Tuve un preocupante punto de vista, en realidad es la molesta inquietud de mi vida ante sospechosa quietud, que es relativamente: real.
Definitivamente sé hacia dónde quisiera ir, sin embargo voy hacia algún lugar cercano pero no totalmente hacia el pasajero clímax que le cambia el color al lente.
No termino de ver el laberinto donde ruedan bolas de cristal como haciéndome recordar (¡gracias al cielo!)qué no está hecho, definitivamente no.
Tener la sensación del vértigo que sentiríamos el segundo antes de caer por la Garganta del Diablo hacia la bruma primero, hacia aguas inquietas después, burbujas que ascienden revoltosas, espuma blanca, bruma, agua que cae. Sentir el aire fresco acariciando nuestra piel, humedeciéndola. Cerraríamos los ojos para escuchar el rugido más abajo y volver a sentir la brisa húmeda en la cara, pasando entre los espacios vacíos del cuerpo con brazos y manos abiertas resistiendo la fuerza que nos empujaría hacia atrás. Y en ese instante decisivo dar el paso con una inhalación profunda que cortaría nuestro pecho en dos. Arriesgar.
Esas consideraciones que nos sacan el sueño, que nos desvelan y nos roban segundos del tiempo…Maldito tiempo que no perdonas ni una. Esa pasada de factura marketinera en el momento más vulnerable. Te toca la moral, te toca el corazón, te toca el alma.
Te toca el espíritu que no terminas de liberar nunca, ese suspiro que no resuelve nada.
Esa nostalgia de buenos tiempos cuando no entiendo que no fueron los únicos, que seguramente no sean los únicos. Concentrarme en traer hacia el hoy la energía intrínseca que mueve los átomos.
La impunidad de las oraciones negativas.
Es abrumador, es sumamente abrumador. Me pelea, me reta, me pone de un innecesario mal humor, y me miente un poco. Me sienta frente a mí a charlar, a discutir, a debatirme entre todas las puertas que no vi, las que no abrí, las que no se si están, las puertas que quisiera abrir y aquellas, que afirmo, quiero mantener cerradas.
Tengo que poder, QUIERO poder.

miércoles, enero 12, 2011

"Los dos amigos recorrieron los sitios habituales preguntando por Evangelina Ranquileo con más tenacidad que esperanza. No eran los únicos en esos trámites. En los centros de prisioneros, en los retenes de policía, en el sector prohibido del Hospital Psiquiátrico donde solo ingresaban los torturados irrecuperables en camisa de locos y los médicos de los Cuerpos de Seguridad, Irene Beltrán y Francisco Leal fueron acompañados por muchos otros que conocían mejor la ruta del calvario y los guiaban. Allí, como en todas partes donde se acumulaba el sufrimiento, estaba presente la solidaridad humana como un bálsamo para sobrellevar el infortunio.
-¿Y usted a quién busca señora? – preguntó Irene en la cola.
-A nadie, hija. Pasé tres años tras la huella de mi marido, pero ahora sé que descansa en paz.
-¿Por qué viene entonces?
-Para ayudar a una amiga- replicó señalando a otra mujer.
Se habían conocido varios años atrás y juntas anduvieron todos los lugares posibles tocando puertas, suplicando a los funcionarios, sobornando a los soldados. Una tuvo mejor suerte y supo al menos que su esposo ya no la necesitaba, pero la otra continuaba su peregrinaje, ¿cómo dejarla sola? Además estaba acostumbrada a esperar y pasar humillaciones, dijo, toda su vida giraba en torno a las horas de visita y los formularios, conocía los derroteros para comunicarse con los presos y obtener información.
-Evangelina Ranquileo Sánchez, quince años, detenida para interrogatorio en Los Riscos, nunca más apareció.
-No la busquen más, seguro se les pasó la mano con ella.
-Vayan al Ministerio de Defensa, allá hay nuevas listas.
-Vuelvan la próxima semana a esta misma hora.
-A las cinco hay cambio de guardia, pregunten por Antonio, él es buena persona y puede darles información.
-Lo mejor es empezar por la Morgue, así no pierden tiempo.
José Leal tenía experiencia porque gran parte de su energía la agotaba en esos trajines. Usó sus contactos de cura para introducirlos donde nunca hubieran ingresado solos. Los acompañó a la Morgue, un viejo edificio gris con aire de abandono..."
De amor y de sombra. Isabel Allende.
“Sólo Francisco quedó en la casa de sus padres después que Javier se casó y José partió al Seminario. Ocupaba la misma habitación de su infancia, con muebles de pino y estanterías atiborradas de libros. Alguna vez tuvo la intención de alquilar una vivienda independiente, pero en el fondo le gustaba la compañía de su familia y por otra parte no deseaba causar un dolor innecesario a sus padres. Para ellos existían sólo tres excusas para que un hijo saliera de su casa: la guerra, el matrimonio o el sacerdocio. Después agregarían otra: huir de la policía.”
De amor y de sombra. Isabel Allende.

miércoles, enero 05, 2011

(...)
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.


Pablo Neruda.

domingo, enero 02, 2011

Por eso te estoy amando...

Como pocas cosas en la vida, sé que sos parte de la mía.
Puedo pensar en tu mirada, en cada gesto tuyo como si te tuviese en frente, en este momento. Puedo llegar a ser tan feliz con tus audacias como con las mías.
Puedo gozar de la tranquilidad de saber que estas porque estoy en vos. Puedo sentirte cerca, puedo sonreír al pensarte, puedo seguir enamorándome de tu risa, de tus ojos, de tus momentos ausentes, cuando pensas u organizas tu circulo que tiene justa intersección con el mío.
Somos dos mundos que giran rozándose hasta la locura, que se rotan el uno al otro en un sistema de estrellas, de soles y lunas completamente incoherente a la razón humana, que no yacen ante ningún disturbio, que se fortalecen en las lluvias meteóricas, que forman atmosferas plenas.