domingo, abril 06, 2014

Para cuando Jazmín termino de cruzar la avenida, los autos avanzaban como queriendo comérsela. Solo intentaba que ningún estimulo siguiera trayéndole la fantasía. Historias de poder tomaban su mente abrumándola.
Para cuando Jazmín doblo en la esquina, el pecho se oprimía desesperadamente, no sabia como escaparse de los fantasmas. No había sido nunca tan claro ese hecho, que su mundo era demasiado demandante como para hacerlo convivir con la realidad. Un hecho era también que necesitaba moverlo.
Para cuando Jazmín piso el cordón de la vereda, de nuevo sacudía su cabeza queriendo espantar lo que no es, encaprichada en solucionar de alguna manera eso tan incompatible con su experiencia de la realidad.
Jazmín miro un horizonte invisible, dos universos indivisibles. Un mar de estrellas desordenadas, un enojo gigante con un instante detenido en el tiempo que nunca fue saldado.