miércoles, febrero 20, 2013


Deje sonar a Goran Bregovic. 
La tarde cayendo junto a la lluvia de verano, impulsó mi imaginación hacia un lugar sin nombre, donde me pido a mí misma salir al fresco camino de la motivación hecha acción.
No sé si alguna vez dentro de los infinitos intentos, lograre al fin desencajonar los impulsos innatos, pero supe que una vez más quería meterme en ese camino. Hay infinitas sombras en la luz del día y en la noche sin luna, pero animarme a seguir no es poca cosa. Creo que hoy el mayor desafío que encontré es dejar que fluya sin tanta duda, o aun con ella.