domingo, marzo 15, 2015

Hasta que un día abrió la carpa y al salir, observo que estaba justo frente al lago. Un azul helado era bordeado por una sombra blanca al amanecer de sol frágil. En este sentido, una fragilidad tan humilde que ardía con su sola presencia.
Salió, en ese entonces, al borde congelado del sur. Vio toda su costa y más allá…como en la extensión misma de las cosas que callan. Una ausencia que llena el vacío como diciéndonos entre paréntesis “¡Acá estoy!”.
Mojar los pies no era la opción mas cómoda pero si la que mejor la conectaba con el presente, así que piso con cautela cada una de las piedras hasta que el agua le llegara a las rodillas, fue entonces que decidió mirar hacia atrás un poco, hacia delante de lleno, otras vez detrás suyo todo lo que era de inmenso, y otra vez por delante…abrió los ojos todo lo que pudo para permitir que todo lo que hubiera alrededor quedara guardado no tanto como emoción, si de seguro como sensación. Esperaba, siempre buscando, que cualquier cosa la conmoviera, cualquier detalle por mas chiquito que fuera, pudiera sorprenderla…De algo así se componía su inocencia. Era como un perro medio cachorro medio adolescente que iba festejando e invitando a festejar, aunque muchas veces pudiera eso significar tarascones, mordidas mas o menos fuertes, rasguños, el día sin paseo, pero ni en esos momentos el perro deja de mirar el cielo a través de la ventana, y uno no puede ser tan egoísta como para dejarlo sin su vuelta al mundo.
Llevo dentro del bolso dos piedras, sin antes pedir perdón por ese ultrajo y agradecer por ese mismo regalo en una mañana que creyó inanimada.
Fue con el alma cuando junto todas sus cosas, e intentando no mirar por encima del hombro salio a la ruta buscando otros espacios, ni mejores ni peores sino diferentes. No importaba cuán diferentes, pero otros seguro.
Camino el día entero sabiendo que podía parar donde quisiera, solo era cuestión de tomar la decisión por ejemplo, de calmar la sed o saciar el hambre, incluso simplemente detenerse a respirar, un suspiro que es aliento o calma o animo para seguir o todo eso u otras cosas pero aire.
Solamente quería encontrar donde pasar la noche, para mirar las estrellas y detener el pensamiento, callar las razones, esperar lo inesperado sin esperar nada. Otra vez, desear el silencio.

martes, marzo 10, 2015

Conforme avanzaba la humedad en la pared más se abrían las grietas..........