lunes, octubre 15, 2012


Al pie de la montaña se saco las sandalias. Subió con algo de esfuerzo, mientras esquivaba alguna espina de los rosales que respondían al eco de su espalda. El vestido era tomado por algún yuyo  del sendero que no estaba marcado. El pelo iba dando vueltas por su cuello, respiraba tierra. El amanecer despabilaba sus ojos, mientras sus oídos iba siguiendo al viento que susurraba entre los arboles viejos.
Los labios, que durante tantos años habían logrado tomar la suavidad de los pétalos, ahora eran mordidos con rabia por unos dientes que ya no distinguían una fruta de la otra, y una lengua que solo sabia cantar en silencio. Debía recordar los motivos.
Algún roedor la acompañaba en la distancia. Algún insecto le daba vueltas a escondidas. Todos estaban atentos. Malena revoloteaba en forma irregular, cuando alguna idea oscura la atormentaba demasiado.

domingo, octubre 14, 2012

A través de la ventana se veía el viejo puerto. La humareda de la combustión daba un aire grisáceo al río que despedía y recibía, como un ciclo de acciones que nunca se detiene. Clara, observaba como hipnotizada el marco de madera de ese hueco en la pared. Un broche nácar cerraba el cuello del vestido celeste que le llegaba a los pies. Las mangas, apretaban las muñecas casi tanto como la cintura. Haciendo caso al fotógrafo, dejo de jugar con el anillo que tenía en el dedo índice de una de sus manos. El piso de madera, todavía conservaba el calor que el hogar había dado a la habitación.
Juan Antonio, por su parte, hacia todo lo que estaba a su alcance para no flexionar las rodillas, ni mover la cabeza. Respiraba profundamente, para aplacar la ansiedad que le generaba estar tan cerca de Clara, casi rozándola pero sin tocarla. Sentía como si su deseo, fuese una extensión de su cuerpo, rodeándola como un aura.
El fotógrafo debía tomarse su tiempo. No quería simular ningún paisaje. Se sabía innovador ante la idea de perpetuar en el tiempo algo más que un simple retrato. Le pedía a Clara que mirase a la cámara y no se distrajese con el afuera. Era muy cuidadoso en su oficio, que mas creía arte. Estaba esperando el instante indicado, quería demostrar su existencia.
Los tres sentían su presencia, pero aquel que retrataba, contaba con esa certeza. Acaso porque su tercer ojo le permitía ver mas allá. Agazapado en un rincón, imponía su energía. Era un imán atrayendo metales. Era el silencio de corchea en la música, el color sutil en lo oscuro, la fuerza sutil del talón hacia adelante en un passé; la sutil corriente de aire que de golpe cerró la puerta. Y entonces, cuando Clara inspiró y sostuvo el aliento en su pecho, la cámara disparó, inmortalizando sus profundos ojos negros.
El mayor problema que tenía era que pensaba demasiado y que cada pensamiento tenía una o muchas palabras que lo definía. Era en esos momentos que se sentía avasallado por el análisis. Sabía que determinados valores llevaban adelante sus conductas, y que ese solo detalle, le traía más problemas que alegrías. Cierta mañana se despertó en el suelo, no por que alguien lo haya empujado sino porque algo lo había hecho. Una enorme palabrota ocupaba su lugar. Ese día, camino tropezándose porque las palabras a veces encierran conceptos, los conceptos generan reflexión y la reflexión una o unas ideas.
Como tantas otras veces, tuvo que sortear laberintos para salir de su casa, comenzaba en el final y en la mitad salía de nuevo por donde había comenzado el desenlace, como si todo fuese un ovillo de lana que desenredar para ordenar nuevamente y dejarlo quieto en un rincón. Se sentía agobiado, no quería pensar más. Le dolía el pecho de la preocupación que generaba en él no encontrarle una solución. Era común descubrirlo corriendo por la calle mirando hacia atrás, sin que los demás viésemos cosa alguna. En esos momentos lo único que entendíamos era que estaba escapando. Daba vueltas sobre si mismo como espantando moscas. De a ratos, por no decir siempre, toda injusticia generaba en él tal indignación, tales ganas de gritar lo que pensaba, que cualquier ocurrencia lo aplastaba contra el suelo.
No se trataba de no hablar, porque todo estaba dentro suyo. Su análisis era imparable. Tal era la dimensión del asunto, que una noche tuvo que bajar dos pisos por escalera, en donde en el primer escalón solo cabía el metatarso de un pie y en el ultimo una cama de plaza y media. Así de progresiva era la cuestión. Después de mucho tiempo, entendió que podía idear inmensas construcciones y no sabia donde ubicarlas.
Como si fuese poca cosa, la vez que había encontrado el amor, vio frustrado el encuentro, porque la emoción que sentía había ahogado a la mujer elegida. Antes de hablar ya las palabras estaban rodeándola, con lo que aquella, huyo despavorida ante semejante impulso.
Una tarde en que volvía caminando, después de haber sido echado con palabras y todo del colectivo, observo con detenimiento un anuncio donde se lo invitaba a pasar unos días en algún lugar del norte argentino. Entro en la agencia, empujando la puerta al cerrarla, para que sus acompañantes no ocuparan mas espacio del que venían ocupando y luego de las respectivas averiguaciones, huyo. Cuando llego a destino, la inmensidad de lo que lo rodeaba fue tal, que por primera vez no había podido ordenar una sola palabra. Desde entonces, arma grandes fogatas donde quema todas aquellas estructuras que durante tantos años aturdieron su existencia. Dicen, que en las noches despejadas, pueden leerse en el cielo algunos fragmentos alucinantes de su historia.

martes, octubre 09, 2012

La sierra llena de purpurina levantaba tal cantidad de polvo que hasta el cielo se teñía de colores intensos, colmándose. A cada movimiento correspondía una forma mas arriba. Para cuando llego la mañana, Malena estaba viva, liviana. Malena, respiraba en una danza que le era propia, que dibujaba su historia en el cielo, que hacia rotar la naturaleza en un sonido puro, definido y único.

lunes, abril 30, 2012

Mas que un deseo perfuma la noche

Éramos como dos desconocidos en una playa casi desnuda. No nos había pasado nunca, estar tan solos y tan desconcertados.
Fumábamos en silencio. No sé que en pensabas vos, yo estaba entretenida con el reflejo del sol en el agua amarronada del río. Sus rayos, parecían hilos de cobre.
El viento cálido del verano, recorría los espacios vacíos de mi cuerpo, la arena se me pegaba.
Pensaba en lo cerca que estabas. Disfrutaba el momento. Respirábamos casi con esfuerzo bocanadas de aire caliente. Alrededor todo enrojecía,  la luna se iba asomando confundiéndose con el horizonte.
Solamente se oían las hojas de los arboles que ocupaban el bosque profundo.
Desde siempre sentí la atracción, desde siempre sentí tu indiferencia.
Dos mundos chocando por si acaso no nos quedara mas nada.
Cada encuentro era un ágil movimiento de mi creatividad para encontrar en común algún canal de dialogo, casi nunca lo lograba.
Y por esas cosas de la vida, el cielo nos regalaba una tarde, la oportunidad de entendernos en el silencio. Los términos de la convivencia en tu mundo son así, la distancia que habla.
Cuando la primer estrella brillo en lo alto, volvimos caminando despacio. Uno al lado del otro, mientras la oscuridad nos perseguía desde la costa, hacia las carpas.
Algún bichito del lugar nos acompañó por el sendero, rozaste mi brazo sin querer. Tu sonrisa vergonzosa  y las disculpas le dieron sentido a la magia.
Después de cenar, enfrentamos la circunstancia mas incomoda de todas.
Fuimos a meternos dentro de las bolsas de dormir con algo de impaciencia. La conversación fue entretenida, no recuerdo otra ocasión en la que nos hayamos reído tanto. Era eso o el aburrimiento, el fastidio y el malhumor. Supongo que no quisiste arriesgarte.
Había aprendido lados interesantes acerca de los suspiros, eso tranquilizo mi ansiedad.
Cerré los ojos sin meditarlo mucho,  pero no dejaste que me durmiera.
Esa madrugada, conocí esos costados que nadie quiere conocer, cuando evitamos caer en el abismo del asombro ante quien nos observa y nos descubre.
A la mañana, tuve el noble gesto de aceptar tu exigencia del mate amargo. Fue un gesto cariñoso, aunque la forma en que lo pediste no era la adecuada.
Las 24 horas más cercanas e intimas que pudimos tener, alcanzaron. Después fue toda obviedad y distancia nuevamente.
Trazaste y te ayude a trazar esa línea de cuidado entre lo que puede ser y lo temeroso de que sea.  Si no se desata cuando debe, lo que queda se dilata y desaparece para no ser jamás. No habernos animado, no haberte animado o no haberte soltado a tiempo. Queda esto que somos en la diferencia eterna. Lo que haya podido suceder, se vuelve deseo y sueño.

viernes, marzo 30, 2012

No se...todavia no se.

miércoles, marzo 14, 2012

Corrió por la galería descubierta cuando recién comenzaba la llovizna.
Algunas voces se escuchaban a lo lejos.
Un retazo de gasa del vestido quedo en la manija de la puerta pesada de roble oscuro.
El sol intenso de la tarde pasaba entre su pelo que iba siguiéndola detrás.
Iba descalza, por medio del jardín. Se corto con el rosal antiguo, la sangre apenas se asomo en su antebrazo.
Respiraba de forma entrecortada.  “Nunca mas un engaño”, pensó.
Subió a la carroza que ya había alquilado, fascinada por los viejos faroles de los bosques de Palermo, pensó sumergirse en aquellos lagos lejanos del fin del mundo.
Sintió que la desaparición era la única opción viable, aunque no tuviese los medios, en una época de pocas conquistas y sabores amargos.
Noto el vacío en su vientre. Dejo que soplara el viento, dejo que el frio se apoderara de su cuerpo tibio.
Cayo tan hondo, Violeta. Pobre Violeta. 

martes, marzo 13, 2012

Embarrar el suelo que se trata de allanar.
La muerte que amaga en la esquina.
Los "laberintos que se bifurcan".
La ansiedad del enojo.
El pedido de silencio.
El tic nervioso.
Las ausencias.
El desgano.
http://www.youtube.com/watch?v=39DNaNAMKAU&feature=related

martes, marzo 06, 2012

Un momento sensible, jamas es tiempo perdido...
http://www.youtube.com/watch?v=39DNaNAMKAU&feature=related

jueves, marzo 01, 2012

Tiras toda tu artilleria...

martes, enero 03, 2012

Algun momento en que mi imaginacion mala no tenga fuerza, ni motivos, donde mi razon no le de mas lugar.
Que se quede cerca para no descuidarme pero no me saque mas tiempo, ni mas energias.
Un momento en estos tiempos donde solo haya espacio para mi yo al segundo antes de nacer.
Mi foto en el escritorio, el angel de la guarda, la hija que voy a tener. La pureza de ser quien quiero ser.