Los nudos del alma

Si es el tiempo que vuelve todo tan áspero o es la vida que nos lleva a actuar así.
O es la revancha del que sufrió, la justicia de la propia injusticia.
A hacerse cargo de lo que nos toca hoy, cuando ya no queda mucho por hacer frente al vendaval que se va asomando de a poco sin que lo hubiéramos notado en forma consciente.
Es esta humanidad que nos toca de cerca cuando se van muriendo ilusiones al ritmo del latido de tu corazón, ese al que le duele el mundo.
Son tus manos y las mías, las que aprietan con fuerza cuando no queres darle chance a la violencia que recibiste con sus actitudes. Sabes que nada les importa.
Que el hambre y la sed se manifiestan en forma variada pero que la solución es lenta, que no depende solo de vos, pero que al menos es algo.
La lluvia se vuelve intolerable, el sol agota. Y no queres que esas cosas hermosas molesten, porque son casi mágicas cuando cambian la manera en que ves el mundo.
Queres una primavera llena de flores y árboles gigantes, queres que las hadas vuelen en la noche dejando su brillo por ahí.
Queres que la mañana te despierte con el olor del rocío en el pasto. Que la brisa de Octubre te llene y que, al llegar, te espere el amor.
Que las respuestas lleguen, que terminen las guerras, que no hieran la naturaleza que te vio que crecer, que la esperanza no desaparezca cuando los chicos sonríen.
Se que cuesta pero hay que atreverse un poco mas cuando mete miedo el dolor, o el riesgo que genera vivir.
Hacerle frente al problema aunque nos ocupe tiempo, que de eso se trata: de destrabar los nudos del alma.