viernes, septiembre 16, 2005

La tarde paso entre lagrimas

Ayer me senté a mirar como caía la lluvia con la luz apagada y tuve ganas de que alguien me abrazase.
Te diría que hasta fue desesperante admitirte que me engaño a mi misma cuando digo que no quiero tener nada que ver con esta vida.
Es que tengo tanto miedo de que me vuelvas a hacer lo mismo…
Cuantas veces creí que esta vez era diferente, pero no.
Las calles las camino todas, cuesta arriba…empedrados altos haciendo equilibrio, sin caerme aunque mojándome en los charcos de aguas oscuras.
Hay días que sopla el viento tan fuerte que tengo ganas de dejarme ir hacia otro lado, pero la rutina me gana de mano y me quedo acá tan sola como siempre.
No queda otro remedio que ponerle el pecho a esta cruda realidad y hacerme cargo de lo que me toco cuando repartieron promesas.

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