viernes, diciembre 16, 2005

Abrazada a la desesperanza


Me despido por un rato de vos, humor gris, eterno
me despido de todas las cosas…
Me voy escapando de largas horas de amargura.
Cuando se hunde el pecho tanto como en estos tiempos
no quedan fuerzas para enfrentarte, vida.

Huyo a lo más profundo de mis lágrimas,
a lo más alto del orgullo
buscando pasadizos para perderte, de una vez y para siempre.
Escurridizas gotas de lluvia empapan mi alma
¡Que humedad tan mezquina!

Como duele, como ahoga
como logras sacarme el aire.
Si yo no te busque
si yo siempre pelee por patearte hacia fuera
no puede ser tan injusta esta partida.

Que desesperante es
cuan larga puede ser esta nostalgia
extrañando colores fuertes
mientras sobre el empedrado dejan huellas
aquellos que hoy lastiman mis ojos.

Resulte ser rosa devenida en hoja marchita
princesa de palacios olvidados en algún lugar del paraíso
encerrada en la torre más obscura
cuando los mimos de los reyes no lograron aliviarle la pena

Me quede con las ganas de mostrarte que feliz que puedo ser…